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LA TEORIA DE LOS SENTIMIENTO MORALES PDF

LA TEORIA DE LOS SENTIMIENTO MORALES PDF

Según Smith, las personas tienen una tendencia natural a preocuparse por el bienestar de los demás sin otra razón que el placer que uno obtiene al verlos felices. Él llama a esto simpatía, definiéndolo como «nuestro sentimiento de compañerismo con cualquier pasión». Sostiene que esto ocurre bajo cualquiera de dos condiciones:

  • Vemos de primera mano la fortuna o la desgracia de otra persona
  • La fortuna o la desgracia se nos representa vívidamente.

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Si bien esto es aparentemente cierto, sigue argumentando que esta tendencia se encuentra incluso en «el más rufián, el violador más empedernido de las leyes de la sociedad» (p. & Nbsp; 2).

Smith también propone varias variables que pueden moderar el grado de simpatía, señalando que la «situación» que es la causa de la pasión es un gran determinante de nuestra respuesta:

  • La viveza del relato de la condición de otra persona.

Un punto importante planteado por Smith es que el grado en que simpatizamos, o «temblamos y nos estremecemos al pensar en lo que él siente», es proporcional al grado de viveza en nuestra observación o la descripción del evento.

  • Conocimiento de las causas de las emociones.

Al observar la ira de otra persona,

por ejemplo, es poco probable que simpaticemos con esta persona porque «no estamos familiarizados con su provocación» y, como resultado, no podemos imaginar cómo es sentir lo que siente. Además, dado que podemos ver el «miedo y el resentimiento» de aquellos que son el blanco de la ira de la persona, es probable que simpaticemos con ellos y nos pongamos del lado de ellos. Por lo tanto, las respuestas de simpatía a menudo están condicionadas a las causas de la emoción en la persona con la que se simpatiza, o su magnitud está determinada por ellas.

Si otras personas están involucradas en la emoción.

Específicamente, las emociones como la alegría y el dolor nos hablan de la «buena o mala fortuna» de la persona en la que las estamos observando, mientras que la ira nos habla de la mala suerte con respecto a otra persona. Es la diferencia entre las emociones intrapersonales, como la alegría y el dolor, y las emociones interpersonales, como la ira, lo que causa la diferencia en la simpatía, según Smith. Es decir, las emociones intrapersonales desencadenan al menos algo de simpatía sin necesidad de contexto, mientras que las emociones interpersonales dependen del contexto.

También propone una respuesta ‘motora’ natural al ver las acciones de los demás: si vemos un cuchillo cortando la pierna de una persona, hacemos una mueca de dolor, si vemos a alguien bailar, nos movemos de la misma manera, sentimos las heridas de los demás como si los teníamos nosotros mismos.

Smith deja en claro que simpatizamos no solo con la miseria de los demás, sino también con la alegría; Afirma que observar un estado emocional a través de las «miradas y gestos» en otra persona es suficiente para iniciar ese estado emocional en nosotros. Además, generalmente somos insensibles a la situación «real» de la otra persona; en cambio, somos sensibles a cómo nos sentiríamos nosotros mismos si estuviéramos en la situación de la otra persona. Por ejemplo, una madre con un bebé que sufre siente «la imagen más completa de miseria y angustia» mientras que el niño simplemente siente «la inquietud del instante presente».

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