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A BUEN FIN NO HAY MAL PRINCIPIO PDF-AUDIOLIBRO

A BUEN FIN NO HAY MAL PRINCIPIO

Comedias de conflicto

Comedia basada en el cuento de Giletta de Narbona del Decamerón (1351) de Boccaccio, escritor medieval italiano. Shakespeare toma la trama de la traducción de William Painter en su El Palacio del Placer (1566). Su título en castellano también ha sido vertido como «Bien está lo que bien acaba» y «A buen fin no hay mal tiempo». A efectos de clasificación, se considera «problem play» o comedia de conflicto, junto a Medida por medida y Troilo y Crésida.

Los hechos relatados no tienen un marco histórico definido, aunque el monarca francés que aparece sin identificar es el rey Carlos V (1364-1380), que reinó en Francia mientras en Inglaterra gobernaba Eduardo III.

La acción comienza en el palacio de la condesa del Rosellón, región histórica del sur francés, al norte de Cataluña. El hijo de la condesa viuda, Beltrán, tiene que marchar a la Corte del rey en París, que está enfermo. Elena, una dama protegida de la condesa, está enamorada secretamente de Beltrán.

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Parolles, personaje humorístico, es uno de los siervos de Beltrán. Conversando con Elena, hace un encendido e ingenioso discurso contra la castidad femenina.

Florencia y Siena están en guerra. Se trata de dos ciudades-estado distantes 75 km., que forman parte de la región italiana de la Toscana. Los florentinos piden ayuda a Francia, pero el rey se la niega, aunque da libertad a sus soldados para guerrear en la Toscana en el bando que quieran. En París, Beltrán es recibido por el anciano rey, que le recuerda su gran amistad con su padre muerto.

La condesa conversa con un bufón en su palacio del Rosellón. Éste le pide permiso para casarse, y argumenta a favor de ser un cornudo. El mayordomo de la condesa le cuenta que Elena está enamorada de su hijo Beltrán, y la condesa hace confesar a Elena. Elena le desvela que tiene previsto ir a París con la excusa de curar al rey (el padre de Elena era un ilustre médico que le dejó escritas sus recetas), pero con la verdadera intención de encontrarse con Beltrán. La condesa le da permiso y dinero para marcharse.

El rey despide en París a sus soldados, advirtiéndoles contra las mujeres italianas. Beltrán se queda en la Corte, con Parolles. Elena llega ante el rey y le convence de que tome su medicina, pidiendo a cambio elegir para casarse a uno de los vasallos de la Corte.

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De nuevo aparece la condesa con el bufón. Tras una conversación extravagante, ella le pide que vaya a París con una carta para Elena. En la Corte, mientras, Beltrán asiste a una conversación entre Parolles y el anciano Lafeu, en la que aprovechan que el rey se ha curado para divagar con humor acerca de la sustitución de la fe en los milagros por la ciencia empírica. Este argumento se repite en la obra de Shakespeare, confiriéndole un toque añadido de modernidad.

Elena, sanadora del rey, elige a su amado. Pero Beltrán rehúsa ante el rey, arguyendo que ella no es noble. El rey hace un discurso a favor de la condición humana por encima de los títulos. Beltrán rehúsa de nuevo, aun con la promesa del rey de conceder derechos nobiliarios a Elena. El rey insiste en que Beltrán le debe obediencia y en que le dará dinero, y a la tercera, Beltrán acepta. La boda se celebrará pues esa misma noche.

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Parolles y Lafeu se enzarzan en una fuerte discusión, bastante absurda. Beltrán confiesa a Parolles que odia a Elena y no piensa acostarse nunca con ella. Deciden marcharse juntos a la guerra de la Toscana para huir de Elena tras casarse con ella. Beltrán ordena a Elena que vuelva al Rosellón. Allí, tanto la condesa como Elena reciben mensajes de Beltrán en los que les cuenta que no piensa cumplir con su matrimonio. En la carta a Elena, afirma que mientras no él le entregue su anillo y ella conciba un hijo suyo no la tendrá por esposa. Pretensiones que él considera imposibles.

Beltrán es elegido por el Duque de Florencia como general de su ejército. Ha optado por la guerra y despreciado el amor, Marte contra Venus, recurrencia clásica que Shakespeare recoge en numerosas ocasiones en su obra.

Elena escribe una carta a la condesa contándole que se va de peregrinación a Santiago (supuestamente Santiago de Compostela, lugar sagrado en el noroeste de España), porque se siente culpable de la desgracia de Beltrán.  Sin embargo, Elena no se dirige a Santiago de Compostela, sino que toma la Vía Francígena, camino de peregrinación hacia Roma desde Canterbury que pasa por Francia y por la Toscana.

En Florencia, varias damas conversan entre sí advirtiéndose mutuamente sobre Beltrán y Parolles, que van seduciendo mujeres. Aparece por allí Elena vestida de peregrina y ocultando su identidad. Las mujeres le cuentan que Beltrán requiere de amores a una de ellas, Diana.

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